viernes, 29 de julio de 2011

El aborto espontáneo

Se estima que aproximadamente el 20% de embarazos terminan en aborto, normalmente los abortos se producen en el primer trimestre de embarazo.

Las causas más comunes son la existencia previa de una anomalía en el espermatozoide o el óvulo, riesgos que aumentan con la edad (sobre todo en la mujer, donde a partir de los 35 años el riesgo de aborto aumenta considerablemente).

Otras causas vienen dadas por anomalías o deformaciones en el útero materno, que dificultan el desarrollo normal del embarazo.

El ritmo y la calidad de vida pueden influir en el riesgo de aborto, unos hábitos de vida poco saludables impedirán el correcto desarrollo del embrión. Es importante evitar la toma de alcohol, no fumar, no tomar ninguna droga y seguir una dieta equilibrada incrementando la toma de vitaminas y minerales.

El aborto no tiene consecuencias fisiológicas negativas para la madre, aunque si psicológicas por lo que se aconseja que la mujer que ha sufrido un aborto siga un tratamiento psicológico a fin de evitar trastornos mentales y depresiones.

Es recomendable además la realización de pruebas para determinar cuál ha sido la causa del aborto y evitar que vuelva a producirse en caso de que haya un nuevo embarazo.

No es necesario seguir ningún tratamiento médico posterior a un aborto, el cuerpo eliminará los restos de forma biológica, aun así es necesario acudir al médico para que realice una revisión a la mujer y diagnostique si es necesario realizar un legrado.

¿Cómo saber si has sufrido un aborto?
Aunque los síntomas del aborto pueden ser similares a los que presenta una mujer embarazada durante el primer trimestre, en el caso de que estos síntomas persistan o difieran de los normales hay que acudir al médico. Destacan los siguientes síntomas:
  • Dolor abdominal persistente
  • Sangrado vaginal
  • Mareos
  • Fiebres
  • Vómitos

lunes, 25 de julio de 2011

La hiperestimulacion ovárica

Generalmente durante el ciclo menstrual, que tiende a durar del orden de 28 días, se producen en el interior del sistema reproductivo femenino una serie de eventos que pueden, bajo determinadas condiciones, llevar a un embarazo.
Para ello, como es lógico, los ovarios liberan un óvulo que desciende hasta el útero para su implantación. Si el óvulo llegase a ser fertilizado, se produce lo que se llama una implantación de blastocito: estructura embrionaria que se adhiere a las paredes del útero justo antes de aparecer el endometrio. Es en este punto donde se suprime la menstruación, y los óvulos detienen su liberación de hormonas menstruales: ha comenzado un ciclo de embarazo.
Existen técnicas médicas que pueden intervenir en este proceso, tanto para suprimirlo como para acelerarlo. Este último caso es utilizado, especialmente, para tratamientos de fertilidad en los que es preciso disponer de numerosas muestras de óvulos (generalmente del orden de 10-20 muestras) que permitan aumentar las posibilidades de llevar a buen término la fecundación artificial.
La técnica usada para acelerar y masificar la producción de óvulos es conocida como hiperestimulación ovárica. Su objetivo es estimular la producción de y desarrollo de folículos en los ovarios, utilizando para ello inyecciones periódicas durante entre 10 y 15 días de un compuesto llamado gonadotropinas.
Este tipo de medicamento fuerza al cuerpo a producir la hormona luteinizante, que acelera el proceso de producción ovárica de manera reversible, e impide que los procesos de división celular produzcan deshechos, permitiendo así la generación de un mayor número de gametos en un corto periodo de tiempo. Esto lleva a una situación denominada hipogonadismo hipogonadotrofo, de características reversibles.
En situaciones contrarias, y generalmente por motivos de salud o por tratamientos médicos que vayan a recibirse, puede utilizarse esta misma técnica para, en lugar de acelerar el proceso de formación de óvulos, pausarlo de manera temporal para impedir la liberación de gametos.

sábado, 23 de julio de 2011

Un nieto de su hijo muerto gracias a la donación de óvulos

Marissa Evans perdió a su hijo a causa de una agresión, pero gracias a la donación de óvulos y los avances en el campo de la fecundación artificial espera poder tener un nieto de este mismo hijo.

Marissa (o Missy para los amigos) siempre deseo ser abuela y asegura que su hijo Nikolas, de 21 años de edad le había manifestado su deseo de tener hijos. Lamentablemente el chico sufrió una agresión y acabó ingresado en cuidados intensivos debido a una lesión cerebral causada cuando durante la mencionada agresión su cabeza golpeó el pavimento.

Después de 5 días ingresado, al no haber mejora, su madre tomó la decisión de desconectarle. Pero antes guardó una muestra de su semen. Debido a la polémica derivada de la decisión de obtener el esperma de su hijo, Missy tuvo que acudir a un juez, el cual dictaminó que los médicos podían obtener el esperma de Nikolas para que pudiera usarse para concebir un hijo mediante inseminación artificial. Su madre alega que así podrá cumplir su deseo de ser padre. Cuando le preguntaron ella comentó: “Le dije al Juez que yo quería un nieto de mi hijo, me miró con dulzura y no se opuso”

Así es como esta divorciada de 44 años de edad ha empezado la búsqueda de una donante de óvulos dispuesta a hacer realidad el deseo de su hijo, una madre sustituta que esté conforme con participar en esta petición que aunque inusual hoy en día es posible de realizar gracias a los avances científicos en criogenización, donación de óvulos, fecundación invitro y demás técnicas que, mediante una fecundación artificial pueden conseguir que se puedan concebir hijos de una persona fallecida.

Missy podrá mantener el semen de su hijo congelado en espera de que una mujer dispuesta acceda a su petición y la haga abuela.

miércoles, 20 de julio de 2011

Quiero donar óvulos, pero tomo anticonceptivos ¿Es posible?

Son muchas personas las que llegan al blog buscando información sobre la compatibilidad de la toma de anticonceptivos y la donación de óvulos. Por ese motivo considero importante tratar de aclarar esta duda.

Cuando acudas a la clínica para informarte debes explicar que estás tomando anticonceptivos y deberás dejar de tomarlos en el siguiente ciclo para que puedan realizarte las pruebas y ver si puedes ser donante. En el caso de que todo resulte positivo y seas una candidata válida deberás dejar la toma de los anticonceptivos hasta que la donación se lleve a cabo, después podrás comenzar de nuevo a tomar los anovulatorios.

El que hayas tomado anticonceptivos en algún momento y después te hayas hecho donante de óvulos no va a empeorar la calidad de tus ovocitos ni va a hacer que aunque tomes el tratamiento hormonal los folículos no se desarrollen. Al contrario, hayas tomado o no anticonceptivos en algún momento de tu vida vas a poder donar óvulos o tener hijos si ese es tu deseo, sin ningún problema y todo se desarrollará de la misma forma que si no hubieses tomado nunca los contraconceptivos.

¿Sabrá la receptora de mis óvulos que he tomado anticonceptivos? No, el hecho de que hayas tomado cualquier contraconceptivo es algo personal y confidencial que quedará entre médico y paciente. Lo único que sabrá la receptora es que el óvulo procede de una donante completamente sana, que no hay riesgo y la calidad de este. Por eso no hay que tener miedo de informar al médico, no sólo de esto, sino de cualquier cosa que pienses que puede influir en la calidad de tus óvulos. Siempre es mejor prevenir que tener que interrumpir un tratamiento que ha costado dinero, tiempo y esfuerzo.

lunes, 18 de julio de 2011

¿Es el mejor momento para donar óvulos?

Algo que es importante plantearse cuando hablamos de un tratamiento medianamente largo como es la donación de óvulos es cuando es el momento adecuado. Por las estadísticas que he ido viendo la mayoría de donantes son mujeres jóvenes (de 18 a 24 años generalmente), que viven en grandes ciudades, son cultas y en la mayoría de los casos son universitarias y estudian carreras de ciencias.

Esto me lleva a pensar que la falta de información nos puede hacer creer que la donación de ovocitos es un tratamiento más perjudicial de lo que realmente puede ser. Supongo que las chicas que estudian ciencias le pierden antes el miedo a este tipo de acciones, por eso suelen acceder también a ser “conejillos de indias” en muchos experimentos.

Además, se puede deducir que una universitaria tiene más tiempo libre para ir a las pruebas y revisiones que hacen los centros de fertilidad, que una mujer que trabaja, ya que esta última va a tener seguramente sólo un mes de vacaciones en el que poder someterse a un tratamiento tan controlado y no creo que esté dispuesta a sacrificarlas para hacer una donación de sus ovocitos. Si tenemos en cuenta la alteración hormonal de la que se deriva un cambio en el humor, a una mujer trabajadora no le compensa el que someterse al tratamiento de donar óvulos pueda afectar a su trabajo.

Esto me lleva a suponer que, una chica joven, sobretodo estudiante, suele tener menos ingresos fijos, por lo que en muchos casos el ganar un dinero extra puede ser una motivación para donar óvulos. Las mujeres mayores suelen tener ingresos constantes derivados de un puesto de trabajo fijo por lo que a no ser que necesiten un aporte extra de dinero en un momento puntual no creo que tengan necesidad de realizar una donación de óvulos por motivos económicos.